La cantante y actriz alemana se presentará con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam) los días 10 y 11 de septiembre en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

“Canto por la urgencia de representar la actualidad”; Ute Lemper

Ute Lemper (su nombre, eufónico, ya es una canción) asegura que una de sus misiones es mantener un repertorio vivo de obras de autores como Kurt Weill, Bertolt Brecht, Edith Piaf o Jacques Brel para nuevas audiencias, pero aclara que no canta por tradición, sino por la urgencia de representar lo actual, con esas obras “atemporales” que hablan “de libertad, de emancipación, de rebelión y de revolución”.

L’enfant terrible de la canción europea recuerda que su relación con México se inició hace 25 años, cuando apenas estaba a mitad de su carrera, en entrevista desde Nueva York, en vísperas de su nueva presentación en México con sendos conciertos el sábado 10 y domingo 11 de septiembre en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam).

Bajo la batuta de Iván López Reynoso, Ute Lemper (Alemania, 1963) interpretará con la Ofunam obras icónicas de su carrera de cuatro décadas: Milord, de Georges Moustaki y Marguerite Monnot; Weimar Suite; el tema de Cabaret y piezas del musical de Fred Ebb y John Kander con el que debutó en París en los ochenta, además All that Jazz, de Chicago, también de Ebb y Kander; Je en sais pas, Amsterdam y Ne me quitte pas, de Jacques Brel, junto a obras de Astor Piazzola: Yo no soy María y Che tango che.

La cantante y actriz alemana, quien ha colaborado con los cineastas Robert Altman y Peter Greenaway, la coreógrafa Pina Bausch, el cantante Tom Waits y los músicos Philip Glass y Nick Cave, entre muchos otros, vuelve después de varios años de ausencia desde su presentación en el Palacio de Bellas Artes de 2016 con la Sinfónica Nacional, para abrir con broche de oro la temporada de Ofunam. Dice que es un gran privilegio” venir a México, donde cantó en el Festival Internacional Cervantino.

Lemper adelanta que en 2023, que cumple 60 años, realizará otra grabación discográfica y un documental sobre su vida y carrera que abordará su relación con el país y destacará la historia de la madre de la empresaria, Yetty, sobreviviente del campo de concentración de Bergen-Belsen.

“He estado en México muchas veces durante los últimos 25 años. Es un gran privilegio llevar mi música y la música que represento a esta cultura única y diferente y a su público. Es un pedazo de historia lo que represento con este repertorio que, aunque fue concebido muy lejos de México, es una importante pieza de reflexión poética de la vida, y después de todo la vida es universal en el espíritu del amor, la lucha, la guerra, la supervivencia, la opresión y la esperanza. Así que siempre amo llevar mi música a Ciudad de México porque el público es muy afectuoso, apasionado, también muy culto e intuitivo. Y es maravilloso y colorido tener estas experiencias en esa hermosa ciudad”, expone Lemper.

En el programa para los conciertos con la Ofunam aparecen varias de las canciones icónicas de su repertorio. ¿Qué significa para usted cantar esos clásicos para nuevas audiencias? “Este concierto tiene que ver con mi trayectoria musical, que empezó hace 40 años, en los años 80, con música de Kurt Weill, Bertolt Brecht, canciones de cabaret, piezas sinfónicas con canciones de Brecht, el cancionero francés, diferentes compositores como Edith Piaf o Jacques Brel, más adelante Astor Piazzola.

Es una larga trayectoria musical. Pero con las canciones que presentaré en la sala Nezahualcóyotl con la Ofunam, siento que estoy cantando la esencia de mi repertorio musical. Es música del pasado, pero atemporal. Es música que aborda situaciones de cambio, de revoluciones, de rebelión, de la vida poética, y, sin embargo, hay un gran espíritu de libertad en este repertorio porque este siempre depende de la interpretación humana. Es maravilloso interpretarlo con orquesta, es un privilegio porque la orquesta me da un extraordinario universo de imágenes sonoras para experimentar. Y es genial e importante llevar este repertorio a las generaciones más jóvenes, a gente que necesita conocer esta parte de la historia de la música, de cuando la música asumió la voz de la liberación, la voz de la emancipación de las mujeres, de libertad contra la opresión y la libertad política, de una manera poética y existencialista. Es algo que los universitarios necesitan escuchar y aprender”.

Usted empezó su carrera en los escenarios con los musicales. En la sala Nezahualcóyotl interpretará varias obras de ellos. ¿Qué encuentra Ute Lemper de valioso en los musicales? “Los musicales hablan un idioma muy especial. Hay una narración que pasa por las palabras y los números musicales, y el baile. La plataforma que hace a mucha gente feliz tuvo un desarrollo brillante y perfecto especialmente en los universos estadounidense y británico. Y no siempre son superficiales, por cierto. Me parece que algunos musicales tienen una muy compleja música y libretos, pero están hechos para entretener, por supuesto. A lo largo de las décadas he participado en muchos musicales, y siempre ha sido emocionante. Pero, es cierto que nunca me he sentido más en casa que en mis propios conciertos, en los que puedo ser más profunda, tomar más tiempo y en los que hay más momentos para ir más allá de lo que la música pueda hacer. El musical es parte de mi vida y disfrutaré celebrar aquí algunas de mis experiencias con los musicales en París, con Cabaret, o en Broadway, con Chicago, o en Berlín, con El ángel azul.

Los musicales son parte de mí, aunque no una parte esencial de mí”. El amor y la guerra están en el contexto de su carrera. ¿Qué es más fuerte para usted: el amor o la guerra? “Ambos están conectados. La ausencia del amor, de comprender la empatía y la razón, es la guerra. Hay que ver que los humanos tienen demonios y una parte muy oscura en su corazón y comprensión de la vida, y siempre la más horrible esencia del ser humano es la lucha por el poder; cuando el poder se convierte en el peor enemigo del ser humano, la guerra comienza. Tienes que describir la guerra al mismo tiempo que el anhelo de amor. Ambos son aspectos contrarios de mis canciones”. Kurt Weill, Edith Piaf, Marlene Dietrich, Jacques Brel… Muchas de sus canciones vienen de una época lejana. ¿Qué significa para usted memoria y tradición? “Yo no canto por razones tradicionales; canto porque vivo el ahora, el hoy, en el momento. No canto por crear una pieza de museo, sino por la urgencia de representar la actualidad. Canto ahora, en este momento, para la gente de hoy, con mi más contemporáneo espíritu. Y al mismo tiempo, es mi misión mantener este repertorio vivo para representar este universo de gente de hoy”.

Otra vez la humanidad atraviesa por momentos oscuros: pandemia, una nueva guerra en Europa, la peor violencia en México. ¿Cuál es el rol del artista en tiempos de oscuridad? “Los artistas siempre apelan por la sensibilidad y la comprensión. Siempre apelan por el balance, la armonía y la belleza esencial de las personas, que es el amor. Con la conexión entre el entendimiento, la empatía, la paz y el amor universales que los artistas buscan estaríamos en un mundo mejor. Entre más cerca estés de la lucha por el poder, las prioridades del gobierno, hacer reglas para otros en un sistema dogmático y la opresión estarás más lejos de la música y el arte. Por eso el artista es una suerte de paria, porque se mantiene alejado de lo normal, reflexionando sobre el exterior y la vida interior”.

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